No necesitamos un decálogo para lograr que el amor llegue a los ojos de nuestros futuros clientes y prefieran nuestra marca por encima de otras. La verdad sobre el éxito de cualquier marca SIEMPRE comienza desde casa.
Es cierto que hoy en día, no sólo las marcas necesitan diferenciarse, también las personas. En ambos casos poder construir un territorio único del cual adueñarse y ser social y profesionalmente reconocidos requiere de mucho análisis previo pero mucho de ello radica en el menos común de los sentidos:
El sentido común.
En un momento donde el “ser emprendedor” abarca también a los profesionales independientes que se convierten en su propio negocio, la promoción individual debe mostrarse de modo distinto, único e irrepetible.
Y así como decía la gran Cocó Chanel:
“In order to be irreplaceable one must always be different.”
(Para ser irremplazable hay que buscar ser diferente) quienes quieran diferenciarse para aumentar el valor de su trabajo o contribución profesional deben construir, promocionar, comunicar y proteger su marca personal.
¿Cómo lograrlo?
1.
Define tu esencia.
Sé honesta y ahonda en todo aquello que consideres tus fortalezas. Cuáles son los puntos diferenciadores que tienes frente a otros profesionales en tu ramo. Busca todas aquellas cualidades y áreas de experiencia que domines y que consideres “únicas” por la forma en que las abordas. Si no tienes claro quién eres nunca sabrás que puedes ofrecer. Finalmente, Por ejemplo; una asesora de seguros que se especializa en mujeres y que cuando contacta a sus futuras clientes no les vende un seguro si no las invita a una plática con médicos especializados en los principales enfermedades que aquejan a las mujeres mexicana como el cáncer y la diabetes. Construye tu marca creando un entorno único donde tus clientes puedan vivir experiencias también únicas.
2.
Sé el fan número uno de tu marca.
No debe haber mayor fanático que tú. Cree, vive, respira y siente tu marca para que puedas transmitirle a los demás ese amor y el porqué confías plenamente en ella. Si tú proyectas ese amor y esa confianza por ella, los demás también se enamorarán. Tú debes ser el mejor vendedor de ti misma.
3.
Potencializa tu personalidad.
Dicen que la primera impresión nunca se olvida. Recuerda que no sólo es quién eres sino cómo te ves. Es importante que busques ser congruente de adentro hacia fuera. El talento se vuelve más poderoso, con un buen trato hacia tus clientes y por su puesto una buena imagen que proyecte la persona confiable que eres. Todas nos hemos topado con la nutrióloga pasadita de peso que nos manda la señal de “no confíes en mi”. Predica con el ejemplo.
4.
Crea una historia entrañable que contar y que pueda seguir construyéndose con el paso del tiempo.
Todas las marcas exitosas necesitan una buena historia que contar. Modelos inspiradores para poder generar empatía. La mayoría de ellas parten de el cómo nacieron, cómo se diferenciaron y cómo han salido adelante en tiempos de crisis. Si apenas comienzas tu marca, aún así atrás de ella hay una historia. Algo te impulsó a decidirte por ese emprendimiento. En él se ve reflejado todas tus inquietudes, tus anhelos o tus ganas de hacer algo diferente. Piensa en esa historia y conviértela en una leyenda tras tu negocio. En la medida en que comprendas que tu marca eres tú, sabrás por qué es importante imprimirle muchos de los motivadores que te hicieron construirla. Esa historia transmítela en los detalles que hay alrededor de tu negocio, en el servicio, en la calidad y en todo cuanto a rodee a tu marca. Algún día esa historia no sólo será un recuerdo, sino una inspiración para tus colaboradores, familiares, amigos y clientes.
5.
Identifica a tu mercado.
Para ello es importante que agudices tus sentidos. Durante mucho tiempo se creyó que sólo hablar de género, edad y nivel socioeconómico al identificar a un mercado objetivo era suficiente para cautivarlo. Ese mito ya está roto pues aún dentro del mismo sexo, edad y nivel socioeconómico hay diferencias radicales. Una joven de 18 años de clase media que vive en Tijuana, no tiene los mismo hábitos que una de las mismas características que vive en Mérida. Una casada de la misma edad, no tiene las mismas necesidades que una soltera y mucho menos la mueven las mismas cosas que una chica con hijos; aún con hijos, no es lo mismo una madre primeriza que una que va por el segundo. Mientras más claro y estudiado tengas a tu mercado puedes ser más acertiva para acercarte a él.
6.
No asumas nada, mejor observa.
Muchas veces creemos que nosotros somos nuestros clientes y sacamos conclusiones o incluso sentimos que las cosas que a nosotros no nos gustan a ellos tampoco les atraerán. Es muy importante que seas objetiva y aprendas a observar a tu alrededor. Tú eres tu marca, no tu mercado. Averiguar un poco de lo que en el mundo está sucediendo relacionado a tu mercado, la tecnología, las tendencias de consumo e incluso las noticias en tu comunidad pueden afectar el comportamiento y los usos y costumbres e incluso convertirse en áreas de oportunidad para conectar con tu cliente. Hoy las redes sociales nos permiten monitorear más fácilmente hacia donde se mueven las comunidades. Hazlas tus aliadas no sólo para promocionarte, si no para identificar conversaciones a favor de tus servicios como profesional. Por ejemplo, cada vez que nace una nueva mamá que no es nativa tecnológica, la tecnología se convierte en su arma más poderosa simplemente por comodidad.
7.
Una mala identidad puede convertirse en Karma.
Desde que el mundo 2.0 se convirtió en el principal monitor para “rastrear” la vida de las personas es importante que mantengas congruencia en tus acciones personales con las profesionales. Hoy la reputación se puede “googlear” y el trabajo de años puede terminar en un segundo con una fotografía mal interpretada o un mal servicio expuesto y comentado en cualquiera de las redes sociales. Tú curriculum no sólo se resume en un archivo escrito por ti, si no se encuentra puntualizado en cualquiera de los buscadores web más utilizados.
8.
Define un mensaje que transmitir y la forma en la que lo harás.
Teniendo claro quién eres, cuál es tu diferencial, a quién te vas a dirigir y cómo es que estas personas se comportan (cómo piensan y sienten) es importante definir un discurso que pueda ser reconocido por tu público objetivo. Por ejemplo, una cirujana plástica que te recibe con la pregunta ¿qué es lo que más te gusta de ti?, te ayuda a sentirte en confianza y a recapacitar si realmente debes cambiar tu físico. En publicidad se le llama “tono y manera” lo que define el cómo nos dirigimos a nuestros clientes. Por ejemplo, si soy maestra de yoga y existe una terminología que es parte de la técnica pero me dirijo a principiantes, es evidente que debo traducir los nombres en sánscrito para que puedan identificarlos. Es como escribir un manifiesto de tus valores y principios y de tu misión con tus clientes.
Por último, recuerda que el verdadero poder de una marca está relacionado con la capacidad de influir no de ejercer la fuerza. Aplicando correctamente estos principios, te darás cuenta que el verdadero amor por una marca, comienza con la afinidad que se tiene con ella, con el poder influenciar a tus clientes de manera positiva generando una lealtad hacia ella como recompensa: una buena recomendación que sin duda se irá multiplicando.
¿Cuántos likes quieres para tu marca?
Por: Thaina Garza